miércoles, 3 de junio de 2009

Los de siempre

En algún tiempo fuimos muchos, compartíamos tardes, mañanas, conversaciones telefónicas que carecían de todo sentido.
Éramos muchos, y al mismo tiempo solo uno, todo se basaba en una relación de amor odio en la que cada día la contienda estaba de un lado diferente, cada día los protagonistas del drama cambiaban, y al terminar el día daban paso a una reconciliación y a otro nuevo frente que se abría tal vez fruto de un rumor ( me dijeron que A. se lo cuenta todo a su madre) y vuelta a empezar con el proceso de acercamiento, de diálogo, para finalmente sellar de nuevo una paz que siempre pendía de un hilo.
Pese a todo seguíamos siendo uno, incluso llegamos a reinventar o a crear nuestro propio sistema democrático, el espanto de las madres al comprobar que tenían que preparar una fiesta de cumpleaños para 25 salvajes dio lugar a las primeras conversaciones sobre este nuevo sistema. Decidido, éramos muchos, y alguien tenía que salir, democráticamente, claro, mediante una votación, e invirtiendo el procedimiento, es decir, lo que se hacía no era elegir a alguno de los candidatos para que pasase a ser el líder, sino para que se fuese de la comunidad naif que habíamos creado, porque repito, éramos muchos.
Tuvimos la suerte de vivir juntos esa etapa de la vida en la que no te enteras de nada en la que, todo te parece absurdo ¿por qué tengo que ir a clase? En la que vives rodeado de cosas que todavía están fuera de tu alcance pero que poco a poco empiezas a descubrir.
Y luego llegó la parte en la que cada uno individualmente empezó a encontrar respuesta a sus preguntas, surgieron las primeras “relaciones” tremendamente inocentes en las que los protagonistas parecían estar dentro de una burbuja que les impedía articular palabra o hablar de algo diferente a su primer beso, o a llevamos 4 semanas y 2 dias.


Ahora ya no somos muchos…pero seguimos siendo los de simpre.

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