Aquí y ahora.

Exámenes de septiembre,volver a casa, exprimir el máximo tiempo posible con los que más quieres, hacer la maleta y saber que dejas aquí media vida porque no cabe en esos 23kg, dar besos, abrazos, llorar, sonreir, disfrutar de las sonrisas de los enanos porque sabes que el recuerdo de esas mismas sonrisas es el que te hará ser fuerte en los momentos de debilidad (y sabes que habrá muchos).Días sin dormir, llega el momento de ir al aeropuerto, sabes que queda ya muy poco, es una cuenta atrás hacia lo desconocido. y entonces lo peor, la despedida, te das cuenta de lo mucho que necesitas a esas personas. Sin darte cuenta estás sentada en un avión, ahora la angustia y los nervios llegan a su punto álgido, sabes que ese avión te conduce a un sitio del que sólo has escuchado maravillas, pero no puedes superar el miedo que te produce lo desconocido. Fin del vuelo, te das cuenta de que ahora no hay vuelta atrás, hay que seguir para delante, sin pensarlo demasiado porque sino entra el miedo. La llegada a Louvain-la Neuve, no pudo ser mejor. Y a partir de aquí un no parar, un ir y venir constante, un no enterarte de nada, vivir en una especie de estado comático que te impide darte cuenta de que ya estás aquí, que esto es lo que has estado planeando durante tantos meses. Y conocer gente, nombres y más nombres, algunos ya nunca se borrarán, Fred, el luxemburgués más maravillosos del mundo,Charlotte, Thomas (nuestro salvador),Flo, esa chica de la que tanto te hablaron. Y sigue siendo una vorágine, un cúmulo de nombres, de nacionalidades, de historias que contar. Y de repente en medio de esta locura,en la que no has parado ni un instante, te sientas,te paras a pensar y te das cuenta de que a un ritmo vertiginoso tu vida empieza a cambiar.

Louvain le Neuve. 2010

Coa inquedanza que provoca o descoñecido.